La controversia de la peatonalización total del casco histórico de Jaén no es una cuestión baladí ni mucho menos, todo lo contrario. Hoy por hoy peatonalizar el centro de las ciudades es el modelo que triunfa en toda Europa y también en capitales con una orografía similar o más “peculiar” que la de esta ciudad. Ahora esta localidad, va a apostar por este patrón humanista de una forma integral. Los favores de vivir en una ciudad liberada de tráfico son innumerables.
En primer lugar los beneficios medioambientales son obvios, desde la reducción de contaminación hasta la disminución de ruido; pero también beneficios para la salud, ya que no sólo se inhalan menos gases, sino que además se fomenta el ejercicio y un estilo de vida en la urbe. La gente pasea, se relaciona y habla con sus vecinos, los niños juegan sin peligro y el comercio local se reactiva.
El gran espacio económico pasa a ser de la propia ciudad, los pasillos de los grandes almacenes se sustituyen por calles y plazas. Es decir, la ciudad se convierte en un hábitat vigoroso. La relajación del tráfico es solo uno de los factores necesarios para la dinamización de la economía, aspectos como la iluminación o las actividades culturales son también esenciales para que el conjunto funcione. La ciudad peatonal será el modelo a seguir no sólo en el futuro, sino ya en el presente. Ese modelo abarcaría cinco claves fundamentales, la ciudad debe de ser: Compacta, peatonal, segura, accesible y de calidad.
La peatonalización está asociada en el imaginario colectivo al cierre de las calles de los centro urbanos al tráfico motorizado privado. De hecho se establecerán en las calles y zonas peatonales como aquellos espacios exclusivos para los viandantes creados a partir de vías anteriormente destinadas a todo tipo de vehículos.
La peatonalización es una técnica muy antigua, casi tanto como la presencia numerosa de automóviles en las ciudades. Las primeras referencias de calles cerradas al tráfico motorizado se encuentran en los centros de varias ciudades estadounidenses durante los años veinte, justo en el momento en que aparecen espacios urbanos en los cuales las densidades de los flujos peatonales y de vehículos son incompatibles.
Desde entonces se han presentado una gran variedad de fórmulas que atienden a distintos propósitos, desde las que únicamente se dedican a resolver puntualmente el conflicto entre peatones y vehículos, a las que buscan un nuevo modelo de accesibilidad y movilidad para el conjunto urbano.
Se puede comprender por consiguiente que, ante la variedad de objetivos y circunstancias urbanísticas, se derivan también multiplicidad de formas de la peatonalización: tamaño (hay desde áreas peatonales pequeñas hasta áreas de enorme extensión), morfología (ejes, redes, zonas), accesibilidad motorizada (pública y privada), actividades y usos del suelo.
Esta multiplicidad de formas de peatonalización concluye en la configuración de varias imágenes polarizadas de los centro históricos peatonalizados. Se puede así encontrar un centro histórico para el turista (la ciudad-museo), un centro histórico para el comprador (la ciudad-hipermercado), un centro histórico para las instituciones oficiales (la ciudad del poder político), un centro histórico para la diversión nocturna (la ciudad-bar).
Resulta complicado encontrar ejemplos cercanos de centros históricos para vivir, es decir en los que convivan la residencia con el comercio, las oficinas con los talleres, los espacios libres para el juego con los monumentos, los niños con los mayores, los funcionarios con los obreros, etc.
Quizás como ejemplo podamos apostar por el de Pontevedra que relativamente en poco tiempo han logrado una “conciliación” consensuada en el peatón, el comerciante, los niños los mayores y los motores, que aunque al principio había mucha reticencia por parte de todos los “afectados”, con posterioridad han descubierto que todo han sido ventajas.
Por lo tanto búsquenos la mejor solución, porque Jaén necesita una dinamización de su CASCO HISTÓRICO, carácter de urgencia y la peatonalización podría ser un buen principio.